
Debido a aparentes sospechas, los dueños de la licencia en Japón decidieron hacer una auditoria en la empresa americana sólo para darse cuenta de que 4Kids, según ellos, les debe la no despreciable suma de más de casi 4.800 millones de dólares, e incluso, la acusan de haber firmado un contrato "secreto" con la distribuidora FUNimation que permitía "explotar casi libremente" la distribución casera en video de la serie sin informar de estos ingresos a las empresas japonesas responsables de la serie de cartas. Sin embargo, FUNimation no aparece demandado en esta acción legal.
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